La teoría de las inteligencias múltiples desarrollada por Howard Gardner propone un modelo innovador acerca de la existencia de ocho inteligencias potencialmente presentes en el ser humano, aunque algunas más desarrolladas que otras en muchas ocasiones.
La concepción de la existencia de diversas inteligencias nos hace reflexionar sobre nuestro modelo de pensamiento, en el cual tendemos a dar una mayor importancia y carga al fomento de la inteligencia matemática y lingüística, y no tanto, al desarrollo de habilidades físicas, musicales, emocionales, interpersonales, etc.
Es por ello, que se hace interesante contemplar todas ellas como inteligencias equiparables y simultáneas, y que ayuden al desarrollo integral de nuestros niños y niñas.
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Inteligencia lingüística: Habilidad para usar palabras y el lenguaje de manera efectiva, tanto oral como escrita. Es común en escritores, poetas, abogados y oradores.
Inteligencia lógico-matemática: Capacidad para pensar de manera lógica, resolver problemas matemáticos y comprender conceptos científicos. Es típica de científicos, matemáticos e ingenieros.
Inteligencia espacial: Habilidad para pensar en tres dimensiones y visualizar objetos y sus relaciones. Es común en arquitectos, artistas y pilotos.
Inteligencia musical: Capacidad para comprender, crear y apreciar música y ritmos. Es frecuente en músicos, compositores y directores de orquesta.
Inteligencia corporal-cinestésica: Habilidad para usar el cuerpo de manera hábil para expresarse o resolver problemas. Es típica de atletas, bailarines, actores y cirujanos.
Inteligencia intrapersonal: Capacidad para entenderse a sí mismo, reconocer sus propias emociones, motivaciones y objetivos. Es importante para filósofos, psicólogos y consejeros.
Inteligencia interpersonal: Habilidad para entender y relacionarse con otras personas, empatizar y comunicarse eficazmente. Es común en líderes, maestros y trabajadores sociales.
Inteligencia naturalista: Capacidad para reconocer, categorizar y usar elementos del entorno natural. Es frecuente en biólogos, agricultores y ecologistas.
Más tarde, Gardner sugirió la posible existencia de dos inteligencias adicionales:
Inteligencia existencial: Capacidad para reflexionar sobre cuestiones profundas de la existencia humana, como el significado de la vida y la muerte. Es común en filósofos y teólogos.
Inteligencia pedagógica: Habilidad para enseñar y transmitir conocimientos a otros de manera efectiva.
