ATENCIÓN TEMPRANA
Desde el Gabinete Pedagógico Doce Senti2 ofrecemos intervención en atención temprana.


La atención temprana es un conjunto de intervenciones dirigidas a niños y niñas de 0 a 6 años que presentan trastornos en su desarrollo o tienen riesgo de padecerlos. Estas intervenciones están orientadas a responder de manera rápida y efectiva a las necesidades transitorias o permanentes que presentan estos niños en su desarrollo, así como a las necesidades de sus familias y del entorno en el que viven.
El objetivo principal de la atención temprana es facilitar el desarrollo del niño, mejorar su calidad de vida y fomentar su inclusión social y escolar. Esto se logra mediante la estimulación y potenciación de sus capacidades físicas, mentales y emocionales a través de diferentes tipos de terapias y actividades, como:
- Terapia física: Para mejorar las habilidades motoras gruesas y finas.
- Terapia ocupacional: Para fomentar la independencia en las actividades diarias.
- Logopedia o terapia del habla: Para desarrollar habilidades de comunicación.
- Intervención psicoeducativa: Para trabajar aspectos cognitivos, sociales y emocionales.


La atención temprana implica la participación de un equipo multidisciplinario que puede incluir pediatras, psicólogos, logopedas, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, entre otros profesionales. Además, es fundamental la colaboración con la familia del niño, proporcionándoles apoyo y formación para que puedan contribuir activamente al desarrollo de su hijo.
Es importante acudir a atención temprana cuando se observan signos que indican posibles problemas en el desarrollo del niño. Algunos de estos signos pueden incluir:
1. Problemas en el desarrollo motor: No gatea o camina según lo esperado para su edad. Dificultad para coordinar movimientos. Rigidez o flacidez muscular inusual.
2. Retrasos en el desarrollo del lenguaje: No balbucea, dice sus primeras palabras o forma frases según lo esperado. Dificultad para entender el lenguaje o seguir instrucciones.
3. Dificultades en el desarrollo cognitivo: Problemas para prestar atención o concentrarse. Retrasos en la resolución de problemas o el aprendizaje de nuevas habilidades.
4. Problemas en la interacción social y emocional: Falta de interés en interactuar con otras personas. Comportamientos inusuales como movimientos repetitivos. Dificultades para establecer contacto visual o responder a su nombre.
5. Problemas sensoriales: Reacciones extremas a ciertos sonidos, texturas, luces o sabores. Dificultad para procesar información sensorial.
6. Condiciones médicas o antecedentes familiares: Antecedentes de trastornos del desarrollo en la familia. Condiciones médicas que puedan afectar el desarrollo del niño, como prematuridad extrema, bajo peso al nacer, infecciones neonatales graves, etc.
Si observas uno o más de estos signos en un niño, es recomendable buscar una evaluación profesional en un centro de atención temprana. Los pediatras, educadores o trabajadores sociales también pueden orientar a las familias sobre cuándo y cómo buscar ayuda. La intervención temprana es crucial para abordar cualquier problema de desarrollo de manera oportuna y efectiva, lo que puede mejorar significativamente los resultados a largo plazo para el niño.